Unas memorias divertidas, conmovedoras y alentadoras sobre la dueña de dos pequeñas librerías en el extremo sur de Nueva Zelanda. Un homenaje a los libros y un canto a la vida. En uno de los puntos más australes de Nueva Zelanda, en la pequeña y remota localidad de Manapouri, frente al lago homónimo, hay dos diminutas librerías rodeadas de plantas, objetos curiosos y de mascotas muy particulares. Su dueña es Ruth, la librera a la que todos quisiéramos visitar. En este libro fascinante, entrelaza historias de los personajes que visitan las librerías con reflexiones sobre sus libros preferidos y recuerdos de su excepcional y azarosa vida. Son relatos marcados por su gran sentido del humor, pero también por las pruebas y sufrimientos que ha experimentado, todo coronado con un final feliz de la mano del amor. Unas memorias profundamente alentadoras que hacen reír y llorar, que nos llevan en un viaje inolvidable y a descubrir lecturas con las que plantearnos qué vida queremos vivir. A través de estas historias, nos hace reflexionar acerca del inagotable y sorprendente vínculo que existe entre la vida y la literat